LAS PEREGRINACIONES


El descubrimiento de la tumba del apóstol Santiago en la Edad Media, hizo que éste se convirtiera en un santo muy popular durante la Edad Media y el Renacimiento.


De este modo, a partir del siglo IX llegó una auténtica riada humana desde todos los lugares de Europa, que se prolongó durante más de mil años y dio lugar a un importante florecimiento cultural, que va desde lo literario hasta lo arquitectónico y une definitivamente a la península Ibérica con Europa.

A partir del año 950, con la llegada a Santiago del obispo francés Godescalco de Puy ( primer peregrino de cuya visita al sepulcro del Apóstol hay constancia histórica) el Camino de Santiago ya es una realidad en constante auge durante sus dos primeros siglos de consolidación, en los que se fijan una serie de rutas, se levantan puentes, se construyen albergues, hospitales, monasterios e incluso pueblos ligados a la existencia del Camino, para atender las necesidades comerciales y asistenciales de los peregrinos.


Dos hechos impulsaron definitivamente las peregrinaciones a Santiago:la institución en el siglo XII del Año Santo Jacobeo, por el Papa Calixto II y la concesión, por parte de su sucesor Alejandro III, mediante la Bula “Regis Aesterna”, de la gracia del jubileo a quienes visitasen el templo compostelano los años en que el 25 de julio coincidiese en domingo.

Los motivos que llevan a los peregrinos a Compostela son variados: para que el Apóstol les ayude a conseguir determinados favores, como penitencia impuesta por la comisión de faltas, como medio de reinserción social de delincuentes, o, incluso, realizan el Camino por encargo de personas que se ven imposibilitadas a llevarlo a cabo.

El viaje se hacía colectivamente, en pequeños grupos, para evitar los peligros del camino, a pie o a caballo. Para facilitar su paso por los distintos países, solían hacerse en su centro religioso correspondiente, con los documentos acreditativos para el viaje que iban a emprender.

Los reyes conceden privilegios para favorecer el asentamiento de colonos, sobre todo francos, en núcleos itinerantes como fueron Estella , Santo Domingo de la Calzada, Puente la Reina e infinidad de pequeños lugares que todavía llevan el apelativo “del Camino” en sus topónimos.

La orden francesa de Cluny creó una infraestructura asistencial a lo largo de la ruta Jacobea, que se complementó con la creación de la Orden Militar de Santiago para la defensa de los peregrinos, amenazados por bandidos y salteadores de caminos.

La “guía” de Aymeric Picaud, escrita hacia 1140 e incluida en el libro V del Codice Calixtino está considerada como la primera guía turística del mundo. Incluye un pormenorizado y exacto estudio de la Ruta Jacobea.


Actualmente, al margen de las motivaciones religiosas que le dieron vida, el interés del Camino se centra en sus aspectos artísticos y turísticos: en lo arquitectónico, la escultura, el paisaje, la gastronomía, etc.

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